2.3.13

Historia de un autobús 1/~



Había salido temprano de estudiar e iba pensando mucho en las cosas que debía hacer al llegar a casa mientras me dirigía a la parada de autobús, espere un tiempo corto puesto que la ruta que abordo siempre pasa rápido.

Una vez que ya había pagado mi pasaje y me encontraba en mi asiento me dispuse a despejar mi mente, a relajarme un poco y a escuchar las voces que rondaban por mi mente, muchas de ellas eran familiares, otras eran recuerdos del día de hoy, pero entre tantas había una, solo una, que me llamaba profundamente la atención: “Prepárate, lo veras”. Eso era lo que repetía sin cesar, pero ¿Qué se supone que veré? No lo sé, pueden ser muchas cosas a lo que se refiera o también puede ser nada…

Mientras más pensaba en esto el tiempo pasaba y poco a poco me acercaba a mi destino, aligere mis pensamientos para poderme concentrar en salir de mi asiento con mi cargada mochila sin golpear a nadie en especial por lo torpe que puedo llegar a ser, claro que ese día andaba más torpe de lo normal porque era de los más cansados y esa molesta falda, como siempre, se quedo agarrada en el remache de un asiento ¿Acaso no puede ser peor?

¡Jajaja! ¿Por qué tuve que pensar eso? En el momento que lo hice mi falta se soltó, sí, pero se rasgo… Esa era mi única falda y ahora estaba rasgada, genial, no en serio, genial ¿Y ahora qué? ¿Una muñeca poseerá mi cuerpo o algo así? PFF…

Seguí mi camino mientras me lamentaba que fuera tan torpe, llegue al extremo contrario del autobús en donde se encontraba la salida ya que mi parada se acercaba y me pare, esperando con la cabeza baja, hundida en mis pensamientos y en eso el autobús paro, ya debía bajarme, pero un chico se paro enfrente y me hizo un ademan para que pasara, no soy de esas que suelen aceptar ese tipo de cosas, así que le devolví el gesto sonriendo, como no parecía que el fuese a pasar o yo lo hiciera, ambos de forma mecánica dimos un paso al frente ¿Curioso no?

-Oh –solté al ver que estábamos muy juntos, era un tanto sorpresivo y me había sonrojado un poco, él por su parte me sonrió y rió  ambos reímos y nos sonreímos bobamente- Lo siento –dije suavemente y luego pase bajándome del bus, instintivamente voltee a ver como si lo esperara, pero al darme cuenta de eso mejor avance muy apenada- ¿Qué crees que haces? –dije para mí misma mientras seguía mi camino, recordando- Era lindo…

Y vaya que en el camino iba sonriendo de forma boba, sonrojada, feliz y sin duda pensativa… ¿Quién era? ¿Le volvería a ver? No tengo la menor idea, pero realmente estaría deseosa de ello… Digo, es solo porque sería como: “Oye ¿recuerdas esa vez que casi chocas con una chica al bajar del autobús? ¡Era yo! Es un gusto conocerte” ¿Acaso no suena como a un anime? Por Dios, tendría mi propia escena de anime vivida en carne propia~ ¿no es genial? Aunque… Tampoco sería tan malo volver a verlo solo por su sonrisa…

-Llevaba una carpeta de diseño, sus ropas eran ligeras y en colores tierra, su voz… Su voz sin duda era muy dulce y bella –iba recordando algo ida en el camino a casa hasta que vi una pequeña muñeca, la vi fijamente por un rato y luego dije- Solo espero que tu como yo encuentres a alguien que haga feliz tu día…
Pero lo que no sabía es que esa muñeca, ese mismo día, pero más tarde me traería una serie de problemas… De seguro que la recuerdas, ¿o quieres que te visite?

Nota: Esta es una serie un tanto aparte de la nombrada: “Cuentos de repollos” pero estará un poco enlazada con una que otra historia porque al fin y al cabo es cuando regreso en el autobús o caminando a casa cuando se me ocurren las historias, estas publicadas bajo el nombre de “Historia de un autobús” son cosas que o bien me pasan en parte o bien se me ocurren por cosas que veo de camino a casa y así~ 

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